miércoles, 30 de marzo de 2011

Talleres y Certificaciones en COBIT® Foundations y Gobierno de Tecnología de Información

Durán & Asociados, Consultores de Riesgos (D&A Consultores) como empresa en constante evolución y fiel con deseo de ofrecer al mercado los servicios afines con su naturaleza, ahora ha sido licenciado por ISACA para ofrecer capacitación en las áreas de COBIT Foundations y Gestión de Gobierno de TIC para obtener las debidas certificaciones mediante la solicitud de los exámenes correspondientes.
D&A Consultores estará ofreciendo estos servicios tanto a particulares como empresas a nivel nacional como internacional. Para tal fin, se cuenta con opciones alternativas de e-learning que permitirá acceder al modelo de formación a distancia.

Si desea recibir los folletos e información referente al tema. Por favor escribir a info@da.com.ve

lunes, 21 de marzo de 2011

La Relación entre la Complejidad y la Catástrofe

En un artículo reciente de Andrew Revkin titulado Complejidad + Complacencia = Calamidad, trata acerca de una frase que recibe en un comentario de Michael Schlesinger, un cientifico climático de la Universidad de Illinois, que dice: “Don’t Know Squared – It’s What You Don’t Know You Don’t Know. That can bring down any system designed by humanity" traducido es algo así: "No se al cuadrado, es que Usted no sabe que no sabe. Eso es lo que hace que cualquier cosa hecha por la humanidad pueda venirse abajo". Todo lo anterior, en relación al tema del terrible desastre ocurrido en los reactores nucleares de Fukushima, luego del fuerte terremoto y tsunami del pasado 11 de marzo de 2011.

"No se al Cuadrado" es un tema que tiene fuerte relación con algunos artículos que hemos publicado en este blog, en particular con ¿Debe el negocio prevalecer sobre la gestión de riesgos?; en virtud que en determinadas ocasiones, se da privilegio a los resultado sin evaluar adecuadamente las consecuencias. En estos artículos el elemento común sobre el que se desarrolla la idea, son los desastres de magnitudes catastróficas, no sólo por haber cobrado miles de vidas, sino generado consecuencias terribles para el mantenimiento de la misma en el planeta (de todo tipo).

En referencia al tema del manejo de situaciones desastrozas, es evidente que se han desarrollado medidas para su control; en especial para las industrias tan contaminantes como la petrolera y nuclear; sin embargo es aun más evidente que las medidas no han sido lo suficientemente apropiadas para las situaciones que se han presentado. Al parecer, el denominador común en la mayoría de las situaciones es que se minimiza el efecto de lo que pudiera suceder, en particular los eventos de origen natural o aquellos que, aunque producidos por el hombre, es la naturaleza la que se encarga de establecer las condiciones para la recuperación del desastre (Recordemos que la rotura de la válvula de enlace con el canal de extracción de petróleo de la British Petroleum ocurrió a más de 1.500 metros de profundidad en el mar). Lo importante en todo esto es que en algunas organizaciones, nos encontramos en la constante minimización de los eventos. Por lo general, no se realizan las pruebas exhaustivas de lo que pudiese ocurrir y existe una tendencia al ahorro que podría estar enfocándose en forma equivocada, pues no es tal, dado que como consecuencia de ello se está es evitando una posible acción que serviría de contramedida.

Es importante destacar que no es un tema exclusivo de pequeñas o medianas empresas que podrían subestimar los presupuestos para las contingencias y no estar orientadas a desarrollar una cultura formal hacia el manejo de desastres. Por el contrario, estamos en presencia de empresas con presupuestos inmensos, con alta exposición y supuesta sensibilización en la gestión de riesgos, que a pesar de todo esto, sufren eventos que superan cualquier contramedida desarrollada.

Por lo anteriormente expuesto, habría que preguntarse si se está haciendo lo suficiente para manejar eventos que puedan garantizar la vida de las personas y el medio ambiente. Vale la pena destacar, que la mayoría de los eventos catastróficos acaecidos recientemente, son la combinación de manifestaciones de fenómenos naturales y procesos llevados a cabo en industrias altamente complejas; en la que existe una relación directa y proporcional que señala que entre más complejo el proceso, más catastrófico será el evento.

En esta situación tenemos que considerar que la incorporación de modelos y tecnología en los procesos ciertamente harán la vida más cómoda para nuestros clientes y usuarios, pero lo que no debemos perder de vista, es la complejidad que ésta conlleva en si misma. En organizaciones, en las que entendemos que no existen riesgos donde se ponga en peligro vidas humanas o el ambiente, podemos llegar a subestimar las contramedidas para el manejo de eventos adversos, pero es posible que estemos arriesgándonos a destruir una empresa, posiblemente afectando a la sociedad y el entorno en magnitudes mucho menores a las de Fukushima o New Orleans, más sin embargo no deja de tener efecto negativo en la sociedad. Es por ello que en la medida que el proceso productivo sea más complejo, mas estrictas deben ser las pruebas ante desastres. Nunca dejará de parecer exagerado para algunos, pero la verdad ha explotado en la cara de muchos que han minimizado los efectos de subestimar y no obedecer las leyes de la naturaleza y el sentido común.

De estos eventos se puede obtener mucho, tal como Timothy Dixon reflexiona acerca del tema de Fukushima, era que la falla de los generadores de respaldo de la planta de refrigeración de la central nuclear era evitable, al igual a lo ocurrido en los hospitales de New Orleans en la tragedia de Katrina en 2005, debido a que los generadores estaban en niveles muy bajos, inclusive en sótanos que se encontraban en cotas conocidas de inundación, estos se dañaron. Con esta información se podría haber considerado colocar generadores en niveles más altos, que puedan estar fuera del alcance de inundaciones o mareas de alturas nunca antes consideradas. Esto es aprendizaje, sin duda muy duro, pero es posible que el "no saber al cuadrado" podamos resolverlo; pero por el momento, sería aceptable con un "no lo sé del todo".

La nueva normalidad era un juego de niños

Foto: StellaDi Pixabay Creo que "la nueva normalidad" era cosa de 90 días. Eso ya no existe. Pienso que lo cierto es una nueva rea...